La eficiencia energética solo puede entenderse como una conjugación perfectamente equilibrada entre medios materiales y humanos. Con una instalación en condiciones, con las tecnologías al servicio de las personas para que puedan consumir su energía de forma más eficiente, es el momento de que nos pongamos las pilas para hacer también de nuestra parte.
Nuestros hábitos energéticos en casa son importantes pero, a nivel global, aquello que se realiza en la industria tiene un gran peso en la sociedad. No solo por la cantidad de fábricas, empresas o instalaciones energéticas industriales hay a nivel global, ni siquiera por su consumo, sino por su papel de referencia para todas las personas que forman parte de ellas.
Una instalación realizada correctamente supone la base pero, en temporadas como el invierno, es especialmente importante la optimización del factor humano para evitar que el consumo se dispare, no solo por el adecuado uso de los recursos ni el respeto al medio ambiente, sino también por el coste económico que supone.